Japoneza Retreat, el aclamado y premiado concepto del empresario y director audiovisual Fausto Terán, da la bienvenida a sus huéspedes en la nueva propiedad “Japoneza Retreat Mérida” un espacio cuidadosamente diseñado para fundirte entre la naturaleza y vivir una experiencia transformadora, reparando tu espíritu a través de la contemplación.
Impulsado por la inquietud de unificar el minimalismo asiático con la naturaleza rústica y espontánea de la cultura mexicana, Terán hizo realidad un proyecto arquitectónico que se ha vuelto algo más que una casa destino, convirtiendo así a Japoneza Retreat Mérida en el hotel boutique de lujo ideal para disfrutar de la Ciudad Blanca a través de sus 10 habitaciones, donde podrás apreciar la belleza de la luz que se cuela por las ventanas, un delicioso baño de tina, el aire fresco en la regadera exterior y la magnificencia de la naturaleza que se cuela por el exquisito diseño arquitectónico del lugar.
Deleita tus sentidos con los Kimonos artesanales que acompañan las habitaciones, diseñados por Andrea Santibañez, y da un paseo por la propiedad para descubrir la Gruta de Meditación, su original versión de temazcal estilo jacuzzi de agua caliente, así como también de una espectacular fosa/cenote de 4.5 m de profundidad con agua fresca de la región, carril de nado, área de spa y área de usos múltiples que puede ser utilizada para todo tipo de ceremonias y eventos.
Asimismo, Japoneza Retreat Mérida introduce al estado el concepto de “Cocina Rota” a través de un restaurante fusión donde la refinada comida japonesa se une con la tradición de la comida mexicana y cuya especialidad será el ramen de autor, logrando así una espectacular combinación a cargo del reconocido Chef Vidal Elías, creador del multipremiado restaurante yucateco “Micaela Mar y Leña”.
Es así como a través de su visión, Fausto Terán continua con la firme misión de compromiso con el medio ambiente, la naturaleza y nuestro planeta, buscando dejar la menor huella ecológica posible, ya que en la construcción de este oasis se utilizaron materiales locales, se respetó la vida de todos los árboles del lugar adaptando la arquitectura en torno a ellos, los cuales ya forman parte del diseño de interiores de cada habitación. Además, se reutilizaron y rescataron piezas de madera y otros materiales abandonados, transformándolos en puertas antiguas, ventanas y durmientes, brindándoles una segunda vida.
