Fue a mediados de los años 60 cuando Jean Dinh Van esculpió las premisas de su vocabulario joyero impregnado de geometría. Con su célebre anillo Deux Perles (1968) o su pulsera Square (1968), muy pronto se aficionó a la forma cuadrada, que se adapta perfectamente a las formas del dedo y de la muñeca.
Heredero del funcionalismo, Jean Dinh Van introdujo por primera vez la noción de confort en la joyería.
Si las alianzas y los anillos de compromiso son esencialmente las joyas de una vida, Jean Dinh Van los imagina ante todo como los compañeros del día a día, “joyas que salen de los joyeros para lucirse en la calle”.
Gracias a su cuerpo cuadrado, los anillos de compromiso Flore y Capucine (llamados así en homenaje a París) se identifican a primera vista y están diseñados para no girar alrededor del dedo.
De la colección Le Cube Diamant, el anillo de dos hileras reúne dos formas geométricas esenciales: el círculo, signo de espiritualidad, y el cuadrado, símbolo de estabilidad. Rodeado por dos cintas engastadas, el diamante sublimado se pone de relieve de forma aérea, como si estuviera suspendido.