Con un crecimiento cada vez más importante cada año (+4% en 2016 y +14% en el primer semestre de 2017), el videojuego se ha ganado un lugar de mucho peso en la economía francesa. Cabe recordar por cierto que uno de los principales actores en el mercado mundial es la empresa francesa Ubisoft. El Estado apoya a la industria a través de una política pública desde 2002, destinada a fomentar las producciones más pequeñas: el año pasado, se asignó un presupuesto de 3.5 millones de euros a los estudios independientes, fondo que completan con el autofinanciamiento para llevar a cabo sus proyectos.
El desarrollo del sector digital permite incluso más posibilidades a los creadores de videojuegos, como dieron fe de ello últimamente la Realidad Aumentada y la Realidad Virtual. El tipo de soporte utilizado para la actividad se encuentra también en plena mutación, puesto que los jugadores utilizan cada vez más sus celulares y tabletas. Por ello se trata de un sector muy dinámico, lo cual se refleja también en las estadísticas: uno de cada dos estudios de desarrollo tiene menos de cinco años.
De la creación a la edición, es un sector generador de empleos, en particular, en las regiones de París, Lyon, Toulouse y Burdeos. En 2018, podrían crearse 1300 empleos en Francia en el sector del videojuego. El éxito es tal que se contabilizaron más de sesenta nuevas empresas en 2017 y un número cada vez mayor de capacitaciones especializadas en el sector. En 2018, seremos testigos de la aparición de WiLD y Beyond Good and Evil 2, provenientes de estudios de producción franceses.
